lunes, 11 de julio de 2016
miércoles, 11 de mayo de 2016
No sé.
La mayoría de las personas tienen un propósito de vida, un gusto, una afición... Algo por lo cual luchar o soñar, incluso vivir. Personas que en pequeñas cosas encuentran el universo. Y es increíble el cómo pasan los años y me sigo mintiendo a mi misma. Puedo estar metida en un millón de actividades, pero lo único que hacen es mantener mi cerebro y mente ocupados. No me lleno, no me satisfago, no me siento completamente feliz... Solo vivo cada día, como una rutina, siendo normal. Porque eso es ser humano ¿no?
Anya Mad.
sábado, 30 de abril de 2016
Liberación.
Hoy en psicología, aprendimos algo nuevo: estimulo - órganos - respuesta. La verdad es que lo que sentimos, es la reacción de tu cuerpo a cualquier estimulo, para poder liberar tensión. Cada maldita vez que te veo, mi cuerpo tirita, mi corazón se acelera, me pongo nerviosa, etc. Es porque libero adrenalina, o endorfinas. Y es, único. Puedo llegar a decir, que aún no me acostumbro, y cada vez que te veo me sorprendo. Acción y reacción.
Anya Mad.
domingo, 20 de marzo de 2016
Tu boca.
Siento que los labios son solo una compuerta a ese paraíso que tú llamas sonrisa.
Anya Mad.
sábado, 5 de marzo de 2016
Mi paz.
Tratamos de mantener nuestras pulsaciones acorde de nuestras emociones. No lo podíamos evitar. Cada vez que cerrabamos los ojos; sentíamos que el mundo a nuestros pies se inmovilizaba, dejando todo congelado en la faz de la tierra. Solo quería a este hombre para mi, era incapaz de compartirlo. ¿Cómo sería posible que otra persona gozara de su compañía, si yo era la única que la merecía? Sonaba egoísta, lo sé, no lo podía evitar. ¿Quién en su sano juicio lo dejaría ir? Yo no.
Cada vez que nos veíamos era una nueva oportunidad para decirle que lo amaba. Para demostrarle que lo amaba. Muchas veces ironizabamos nuestros actos; pareciendo malcriados, niños, juguetones. En fin, haciendo de nuestros encuentros más divertidos. A él le gustaba mi forma de que en cualquier momento, le dijera un millón de versos para al final solo decirle: Te amo. Se me daba bien el demostrarle mi amor a través de las palabras, si bien no era Quetzal Noah, era una mujer; loca y desesperadamente enamorada de ese hombre, y eso bastaba para convertirme en la persona más romántica para él. A mi me gustaba su forma de pensar. Su capacidad de transportarme en un sólo segundo a lugares inimaginables: a carreteras inhóspitas a mitad de la obscuridad de la noche. A valles encantados con un millón de luciérnagas y grillos que sólo cantaban para nosotros. A espacios lejanos, hechos solo para los dos, en los que podíamos observar las infinitas estrellas y astros que se desplegaban. A su habitación, escuchando musica hasta tarde y quedándonos dormidos entre nuestros brazos enredados.
Sólo me cabe decir hoy en día, que si no fuera por este hombre, yo estaría muerta, pero muerta en vida. Puesto que seria una jodida ánima caminando por las calles desoladas de mi corazón. Él lo animó, le dio vida, luz, y un nuevo hogar en el cuál vivir, puesto que en él, encontré mi lugar, mi amor, mi paz.
-Anya Mad.
viernes, 26 de febrero de 2016
Te extraño.
Te extraño. Ya me tiene cansada el hecho de que siempre hayan cosas en nuestro camino que nos impongan vernos. De verdad, ¿tan difícil es el quererte, que siempre pasa algo que nos aleja? Estoy cansada, quiero verte y darte besitos y poder darte amor; decirte cuanto te amo, y mimarte como siempre lo hago. Te extraño. Quiero llorar ahora, soy débil, lo sé. Pero me hace fuerte pensar que nos veremos dentro de poco, aunque sea, quiero que sean 15 minutos. Me encantas, con tu tipo de personalidad, aunque seas muchas veces frío. Ese frío, me heló el cuerpo, no lo pude evitar, me llego al corazón y se quedo arraigado allí. Pero en vez de enfriarse se calentó. Dicen que menos por menos da más, y este es nuestro caso ¿cierto? Te amo.
Anya Mad.
domingo, 21 de febrero de 2016
Querida amiga.
Sé que las discusiones, las peleas y las batallas; fueron más y les ganaron. Pero espero que si están destinados a estar juntos, el día de mañana llegue un motivo para que sus caminos se vuelvan a encontrar.
Anya Mad.
jueves, 18 de febrero de 2016
Sólo te extraño.
Me han entrado ganas de verte. No en persona, sino, esas ganas de saber que estás haciendo, o si también quieres verme. Si estás pensando en mi, o si estás sonriendo. Tengo ganas de verte.
Anya Mad.
martes, 16 de febrero de 2016
Mi felicidad.
En este mundo, son muchas las cosas que te pueden hacer feliz. Cada persona te puede decir una infinidad de cosas de las cuales jactarse, diciendo que los hace feliz. Pero entre todas esas cosas, que cambian mi ánimo, y me hacen estar feliz. Estás tú, y sólo tú.
Anya Mad.
Hablando con la luna.
Anoche me habló la luna, me dijo que me extrañabas. No le creí. La última vez qué supe de ti, estabas ausente, postergado en el tiempo y parado en el infinito. Sabia de tu existencia; de tu forma de caminar, el cómo y qué estabas haciendo con tu vida, con quién habías estado tu ultimo tiempo y hasta a qué partes habías ido cuando te sentías triste. Pero de todas esas cosas, no sabia que me extrañabas. Tache a la luna de mentirosa, un ruin que sólo quería verme sufrir de nuevo. No lloré, sólo deje que mis sentimientos volvieran. Así que a ella, le pedí un pequeño favor. Que te dijera que te extraño.
Anya Mad.
domingo, 14 de febrero de 2016
San Valentín.
Hace tiempo no sabía de ti. Hace tiempo quería demostrarte lo que siento por ti. Hace tiempo que mi cuerpo no reconocía nada de ti. Y hoy ya es tiempo de saber que estás hecho para mi. ♥
Anya Mad.
Feliz San Valentín, deseo que este día lo hayan pasado con las personas que quieren y aman. Que no sé hayan vuelto parte de la triste realidad que hoy vivimos, que no se hayan hecho uno más del maldito comercio y lucratividad. Felices sean, entre tanta belleza. ♥
sábado, 13 de febrero de 2016
Saludos.
Hola, bueno... Sé por medio de las estadísticas que de todo el mundo, en muchas partes, me están leyendo. Pero me encantaría que se animaran a escribirme, a comentar, a criticar (sea bueno o malo) y hasta a compartir si es que les gustó. De verdad, seria maravilloso. Mil gracias, a todos. ♥
Explain.
Realmente no lo sé, es complicado el describirlo.
Al igual que amarnos, es difícil el vivirlo.
Sentimos muchas emociones que son difíciles de explicar.
Como dos tórtolos enamorados, no creo hayan otros igual.
Anya Mad.
viernes, 12 de febrero de 2016
Feel.
Realmente no lo sé, es complicado el describirlo.
Al igual que amarnos, es difícil el vivirlo.
Sentimos muchas emociones que son difíciles de explicar.
Como dos tórtolos enamorados, no creo hayan otros igual.
Anya Mad
Pain.
Encerrada en mi habitación,
pinto con dolor.
Pared por pared.
Mis manos emanan un ardor.
Busco por las grietas de la pared.
Huelen a clavel.
Refriego mis sucias manos por la cara.
¿Escuchas la llamada?.
Es la muerte llevándose a mi alma.
Me recuesto en el piso y miro el techo.
Es todo negro, y siento un pito.
Dejo mis manos en mi pecho.
Y exhalo de nuevo el olor a clavel.
¿Sientes el olor?
Es mi sangre llevándose todo mi dolor.
-Javiera
jueves, 11 de febrero de 2016
Camille.
Ruth y Cristian llegaron a casa y se sorprendieron que hubiera hecho la cena. Yo cocinaba solo cuando estaba fines de semanas enteros en casa, sin ellos. Comimos y subí a mi cuarto, lo miré y me encontré realmente a gusto ahí; la pared era de un color gris oscuro, la cama estaba con un cobertor negro, tenía cortinas azules en las ventanas, las cuales daban a un balcón un poco pequeño pero que hacía de mis días de lluvia algo mucho más agradable. Tenía un sillón al lado de mis instrumentos de música. Al lado de la cama tenía un escritorio, en el cual tenía un computador y una radio. Arriba de él, había un estante grande que estaba repleto de libros. La pared que estaba detrás de la cama, tenía colgados en ella muchos cuadros. Dos de ellos estaban hechos por Camille. En una venta de garaje ella vendió sus pinturas; en una de ellas había un cuervo mirando debajo de la rama a un pajarito, del cuervo se desprendían muchos colores, que habían empezado a salir de sus alas. Y el otro cuadro era un árbol deshojado y de colores lúgubres que apenas le llegaba la luz del sol. Me dormí muy tarde, no podía conciliar el sueño pensando en lo ocurrido con Camille.
En la mañana del día siguiente no quería absolutamente nada, pretendía quedarme acostado todo el día. ¿Cómo vería a Camille con los mismos ojos?, ¿Le podría hablar normalmente? O ¿Podría siquiera soportar verla y no dirigirle la palabra? Tocaron la puerta de mi habitación, era Ruth.
-Está listo el desayuno, con tu Papá vamos a ir a un viaje de negocios, si necesitas algo llámanos, los números de emergencia están en la neve...
-Mamá tranquila, sé que hacer –la miré y luego aparté la vista-. No es la primera vez que me quedo sólo, además no será la última.
-Está bien, solo te pido que te cuides y a la casa también. Duerme temprano, cepilla tus dientes, come y recuerda que puedes llamarme.
-De acuerdo, cuídense.
Me levanté e hice caso omiso a mis pensamientos de no ir a la secundaria. Debía al menos ver a Camille. Si se encontraba bien, o si necesitaba cualquier cosa. Fui a la ducha, y deje que el agua se llevara todos los malos pensamientos. Todo estaría bien, ¿cierto? Eso quiero creer.
Llegue a la escuela y todo estaba en orden, era un día normal después de todo. Martes por la mañana siempre era así, como si a los alumnos les entrara algo similar a una fiebre. Todos callados por los pasillos, vagando y casi sin charlar. Entré a la clase y fui hacía donde estaba Benjamín.
-¿Has visto quien anda por los pasillos con Martin Haggard?- pregunta Ben, con un tono de celos en su voz.
-¿Te refieres a ese chico de cuarto año, que tiene siempre puesto un pañuelo en sus pantalones? –me río-. La verdad es que me imagino, que con él, se encuentra Emily… O quizás me equivoco, no lo sé.
-Ella. Se olvidó que hace una semana aún andábamos juntos –cierra los puños encima de sus rodillas-. Nada de respeto hacia la relación que teníamos.
-Tranquilo, tú sabes que esto pasaría en algún momento- Le doy unas palmaditas de consuelo en la espalda-. Él fue el motivo de que ustedes dos ya no estén juntos, Ben.
-Solo quería que tuviera algo de corazón Dylan, solo quería al menos saber que –hace una pausa y solloza un poco-. Que aún me quería.
Lo abrazo y comienzo a subirle el ánimo hasta que llegó el profesor. En ningún momento vi entrar a Camille. Y ahí empiezan mis interrogantes. Jamás falta a una clase del profesor Willy, jamás.
Las clases pasaron muy rápido, y en todo el día no se supo nada acerca de Camille. Es cierto que tengo su número móvil, pero no puedo mandarle mensaje alguno. Le es extraño ese tipo de contacto. No sabía qué hacer. Le pregunté a Maggie, la joven que veo que le habla en los recesos. Pero su respuesta fue negativa, no sabía dónde se hallaba. Le pedí que la llamara, y me respondió que me mantendría informado.
Llegue a mi casa y sólo pude pensar en Camille. Últimamente lo hacía bastante, y la verdad es que me gustaba sentir eso. Sentir al pensar en alguien tanta paz y euforia al mismo tiempo. Si es que lo podía llamar así, ya que hace mucho se sabía distinto. Como si fuera pasión, amor, paz, desorden, discordia, armonía y tranquilidad en una sola cosa. Camille era todo eso. Me hacía sentir todo eso. Algo que cuando niños no quise aceptar, y que ahora de mayor… Solo me queda lamentar.
Fui a ver algo de comer a la cocina, y en el pasillo de la entrada, vi que debajo de la puerta había una carta. Me aproximé donde se encontraba y la tomé. Era de ella. Salí corriendo a ver si aún se encontraba cerca. Pero ya se había ido.
“Dylan:
Sé que no nos conocemos muy bien, ni mucho menos ser grandes amigos. Pero me encantaría saber tu disponibilidad de tiempo para poder salir. Claro, a terminar el trabajo. El día de ayer, no tuvimos el tiempo suficiente para terminarlo, y me preocupa Biología. Me es una prioridad. Lo siento si te incomodé ayer, no fue mi intención. Si gustas puedes venir a mi casa, aquí debajo dejaré mi dirección y mi numero móvil para que nos contactemos. No me gustan mucho estos aparatos tecnológicos, pero si necesitas algo, solo llama. Y por cierto, aquí tengo los materiales suficientes para terminar el pedido de la profesora Marcel.
Pd: Me encantaría, si no es mucho pedir; que por favor me prestes los apuntes de la clase de hoy. Tuve una negligencia de la cual preocuparme y no pude asistir a clases.
Se despide atentamente Camille Darren.”
Mañana la llamaría y le preguntaría que día le acomodaba más para terminar el trabajo. No era una carta precisamente muy larga. Pero me agradaba la idea de que no le hubiera pasado nada. Y de que se hubiera preocupado lo suficiente como para mandar una carta. Era simplemente ella. Y nadie más que ella.
Salí a dejar el currículo al supermercado que necesitaba gente, me atendió una anciana muy simpática, de unos setenta años de edad. Luego de haber terminado ese trámite, me dispuse a caminar hasta donde me llevaran mis pies. Muchas veces lo hacía, caminar sin rumbo alguno y conocer lugares nuevos en esta ciudad tan grande. LLegué a una plaza que estaba rodeada de edificios grandes y de pocos arboles. No me gustaba la idea de tener que observar solamente edificios, pero tenía mis audífonos y eso serviría. Me senté en una banca debajo de un manzano y cerré los ojos para disfrutar de la música.
El atardecer estaba hermoso. No soy de las personas que toman fotos a cada cosa que ven, pero si tuviera una buena cámara en este momento, la aprovecharía para mantener en el tiempo este precioso cuadro. Eran una gama de colores inimaginables; desde rojo, pasando por violeta, hasta llegar al celeste. Las nubes eran muy escasas debajo del sol, pero estaban llenas de color y vida.
Una niña de vestido blanco, con pelo color plateado, estaba columpiándose casi al frente mío. Tendría aproximadamente unos nueve años. Estaba tarareando una melodía muy armoniosa, hipnotizante. Me quedó mirando y con su pequeña mano comenzó a llamarme. Moviendola hacia ella, atrayéndome. Me paré y me acerqué donde se encontraba, quedando a unos centímetros de ella. Se sonrió y se levantó de su asiento, caminando hacia atrás. Evaporándose en el aire, dejando solo una estela de su rastro.
Camille.
miércoles, 10 de febrero de 2016
Mi mundo perfecto
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